lunes, 29 de diciembre de 2014

Adaptamos un cuento. Corrección.

El cuento folklórico es un tipo de narración oral perteneciente al campo de la tradición oral y que se manifiesta, principalmente, a través de la comunicación directa de un narrador, que lo sabe de memoria, frente a un auditorio.
Los cuentos folklóricos son anónimos y no tiene una versión fija. Cada nueva narración, incluso en el caso de que sea el mismo narrador, es también un acto de creación, siendo las diferencias entre unas y otras versiones minúsculas o más importantes. Además, también se producen variantes dependiendo de la región geográfica en las cuales estos cuentos forman parte del folklore local.

A la hora de adaptar un cuento debemos tener en cuenta que tenemos que mantener los roles del cuento verdadero. Aunque cambiemos el aspecto físico o el sexo,la esencia del personaje debe seguir siendo la misma. 

El cuento que vais a leer a continuación y siguiendo la psicologia cognitiva de Piaget  puedo decir que va dirigido a niños de 10 años como mínimo.
Según Piaget a partir de los diez años eñ niño acepta la realidad. En este momento evolutivo la literatura le ayuda a asumir el papel que el mismo desempeña dentro de la sociedad. El cuento aun teniendo muchos aspectos fantásticos ( la estatua Manuela) también refleja problemas diarios como el alcohol, el abandono de los niños, el abuso de unas personas hacia otras, el egoísmo, el interés,la solidaridad, el amor..

Siguiendo la clasificación de Vladimir Propp mi cuento se trataría de un cuento de hadas o maravilloso que tienen como característica principal la aparición de al menos un personaje mágico-fantástico.

En la adaptación que he hecho sigo manteniendo la línea  temporal (introducción, nudo y desenlace).

Y haya va..

Clara es una chica de apenas 20 años que por una tragedia familiar tuvo que abandonar su hogar.
Cuando era una niña de tan solo 5 años sus padres murieron en un accidente de barco, una terrible tormenta hizo desaparecer el barco en el que viajaban.

Clara tenia otras 2 hermanas Laura y Sara.
Al recibir  la terrible noticia las tres hermanas fueron separadas. Laura y Sara permanecieron juntas, las adopto la misma familia pero Clara fue trasladada a una casa de acogida.

Estuvo llendo de un lugar a otro, bajo la tutela de una horrible señora muy mayor, que abusaba de ella haciéndola trabajar todas las horas del día,mientras ella bebía y se pasaba los días enteros de bar en bar con sus amigos.
Clara trabajaba duro sin recompensa alguna.
Hasta que un día decidió que era el momento de regresar a su casa en busca de sus hermanas.

Pero para su sorpresa ,cuando llego ,nada era como Clara había imaginado. Sus hermanas pertenecían a una clase social muy alta, tenían mucho dinero, estaba a la espera de encontrar un marido a su altura para casarse.

Cuando Laura y Sara la vieron, la miraron con desprecio y le dijeron –No eres nuestra hermana,¡ no vuelvas por aquí ! Y le advirtieron que si volvía llamarían a la policía. Ambas claudicaron con la siguiente afirmación “Nosotras no tenemos ninguna hermana”

Clara había pasado de todo en sus veinte años de vida, pero nunca se había sentido tan triste, se decía así misma una y otra vez “Madre mía que voy hacer yo ahora, estoy sola, completamente sola”
Clara se siente completamente desesperada, no sabe que va ser ahora de ella.
Mientras paseaba  en la noche fría de las calles de Madrid ,sin nada con lo que abrigarse se encontró con que una estatua se movía, de repente la figura de una mujer en una fuente ¡cobraba vida!.
Clara estaba apunto de salir corriendo cuando la estatua pronuncio su nombre con un sonido tan suave que al escucharlo todos los temores desaparecieron.

La estatua se presento:

-Hola me llamo Manuela, le dijo. Y si me dejas me gustaría ofrecerte un trato. Se quien eres, y por eso creo que te mereces una oportunidad. Creo que durante toda tu vida no se te ha brindado ninguna. Pero como sabes toda recompensa requiere un esfuerzo, un compromiso.

Clara que no sabia ni que decir asintió y le dijo:

-Estoy desesperada, ¡Ayúdame! Hare lo que me pidas.

La bella estatua le dijo

-Yo te ofrezco riquezas y una vida maravillosa a cambio de que durante siete años luzcas un aspecto que hará que todas las personas de tu alrededor te rechacen.
Si logras aguantar esos siete años y seguir adelante, yo te daré la suficiente riqueza para que sea feliz el resto de tu vida.
En todo este tiempo, no podrás asearte ,tendrás que vestir con lo mismo y continuar con la misma apariencia.

Clara estaba tan desesperada que acepto sin dudar, ni siquiera le pregunto a la estatua de que se trataba. Estaba dispuesta a todo, ya nada podía ser peor.

Al terminar la conversación la estatua vuelve a su estado normal, queda totalmente congelada y entonces Clara ve su reflejo en un charco de agua.

¡Madre mía! Tenia un abrigo enorme encima que por mucho que lo intentaba no se podía quitar, su precioso rostro había desaparecido, su pelo ya no era pelirrojo sino negro y sus ojos marrones estaban tapados con unas horribles gafas. Pero lo peor era la nariz, ¡le había salido una nariz desproporcionada!.

Al principio, Clara no noto grandes cambios, al revés, en parte se sintió muy aliviada porque por fin tenia dinero para comer y dormir en sitios decentes, incluso lujosos.
Aunque su aspecto no era el que ella deseaba,la gente si se acercaba a ella, le hablaban e incluso querían compartir tiempo con ella, todo esto por el dinero que tenia, naturalmente.

Pero con el tiempo Clara cada vez tenia peor aspecto, empezó a envejecer a un ritmo desproporcionado y su falta de higiene hacia que nadie se le quisiera acercar.
No la dejaban dormir en ningún sitio, le cerraban las puertas en todos lados  a pesar del dinero que tenia.
Nadie quería escucharla, las apariencias importaban mas que todo lo demás.
Hasta que una noche Clara se encontró con una niña.
Ella estaba durmiendo en un banco sola una noche mas, cuando una niña de unos siete años se le acerco y le cogió la mano.

Clara se sobresalto y le dijo:

-Pequeña no te acerques, hace mucho tiempo que no me doy un baño y no quiero pegarte ninguna enfermedad.
La niña le tendió la mano y le dijo:
-No me importa, quiero ayudarte. Ven a casa conmigo.

Clara estaba sorprendida, no se lo podía creer y le dijo:

-¿Qué van a decir tus padres? No creo que me dejen entrar en tu casa.

Pero la niña se mostraba muy segura de si misma e insistió en que Clara debía acompañarla.

Cuando llegaron a la casa,  Clara se quedo impresionada. No era lo que ella esperaba. Se trataba de una casa de acogida, estaba llena de niñas como ella cuando era pequeña.
Cuando entraron en la casa la niña que la había recogido del banco le dijo a las otras.

-He encontrado a nuestra nueva mama, ella nos ayudara y nosotras la ayudaremos a ella. Esta sola en este mundo como todas nosotras. Se que es buena y nos va tratar bien.

Clara rompió a llorar, las niñas del orfanato no entendían porque pero inmediatamente corrieron para abrazarla. Clara era feliz.

Pasaron los meses y los años y  se convirtieron en una gran familia. Las niñas le preguntaron a Clara que porque no se duchaba nunca y las obligaba a que ellas si lo hicieran y Clara le dijo que no podía contarlo pero que algún día lo haría.

Una tarde cualquiera sonó el timbre de la casa y era Hugo el cartero ¡Madre mía! A clara le encantaba Hugo, y la verdad es que el siempre la miraba de una forma especial.
Cada vez que iba a dejar el correo insistía en que salieran a tomar algo, pero a pesar de la insistencia de el y del resto de niñas Clara se negaba.
Hugo era todo un conquistador, le regalaba flores, bombones…Cada semana venia con un regalo.

Con el paso del tiempo Clara se dio cuenta de que lo que realmente sentía por Hugo era amor y que tal vez el también sintiera lo mismo. ¿Qué otra explicación podría haber? No era guapa, olía mal y vestía como un mendigo, desde que se conocían nunca se había cambiado de ropa..

Y por fin llego el día ¡ Habían pasado ya 7 años! Clara se despidió de todas sus niñas y de Hugo, su queridísimo Hugo.
Ninguno quería dejarla marchar, le suplicaron que no se fuera pero ella les dijo que volvería.

-Sois mi hogar, mi familia, mi vida. No imagino sitio mejor para estar que con vosotros. Os quiero
Antes de partir partió una tela en tres trozos. Un se la dio a la niña que la rescato de la soledad aquella noche , otro a su querido Hugo que tantas sonrisas le había sacado y el tercer trozo se lo quedo ella.

-Esto servirá para que pase lo que pase siempre nos reconozcamos.
La niña se lo ato en uno de sus tobillos, Hugo se lo ato en la muñeca izquierda y se despidieron de ella con la esperanza de volverla a ver.

Clara había envejecido muchísimo, tenia la apariencia de una señora de setenta años, le costaba andar y su movilidad era muy reducida por lo que tardó varias horas en llegar al lugar.
 Por fin llego, se encontró con su estatua. A los diez minutos de estar allí la estatua recobro vida, exactamente igual que había hecho siete años atrás.

Manuela, que así se llamaba, parecía contenta

-Sabia que no me ibas a decepcionar, en cuanto te ví supe que eras un triunfadora a la que no le habían dado nunca una oportunidad.

Clara se puso a llorar, le temblaban las piernas, a penas podía mantenerse en pie. Le  dio las gracias por todo.

-Gracias a ti tengo una vida, soy feliz, tu me has proporcionado un hogar, algo que nunca había tenido. A pesar de mi aspecto soy una mujer feliz.

-Gracias a ti Clara, Adiós.

Cuando Manuela se volvió a congelar, Clara se dio la vuelta para volver a su casa, estaba deseando volver a su casa con su familia y ni siquiera reparo en su aspecto.

De repente se miro las manos y se dio cuenta de que ya no tenia las manos de una señora de setenta años.
Salió corriendo y paro a mirarse en el reflejo de un escaparate, allí pudo ver de nuevo a la niña de 20 años que conocía, estaba preciosa. Lucia un vestido  de color blanco, era toda una señorita.

Clara paseo por la ciudad de Madrid mas contenta que nunca, todo el mundo la miraba y la sonreía. Estaba pletórica. Y por fin llego el momento. Estaba en frente de la casa. Se coloco el pañuelo como cinta del pelo y llamo al timbre. Al minuto una niña abrió la puerta, la observo durante un segundo y enseguida supo que se trataba de ella, Clara su madre, la que para todas ellas era su madre.
La abrazo y gritando aviso a las demás niñas.

-Corred corred Clara ha  vuelto, ¡mama esta aquí!
Todas las niñas fueron a la puerta y la achucharon fuertemente. ¡Clara casi no podía ni respirar! Estaba feliz.

La puerta de la casa estaba abierta de para en par y alguien mas se unió a la fiesta. Clara estaba de espaldas, asi que Hugo no pudo verla.

-¿Que ocurre aquí?¿Quien es usted? ¿Y quien le ha dado permiso para entrar?. La jefa de la casa no se encuentra y ahora mismo yo estoy al mando.-dijo.

Al escuchar su voz Clara se giro y le miro a los ojos, el se quedo embobado ¿Quién seria esa mujer tan hermosa?-se pregunto.

Pero pronto se fijo en el viejo trozo de tela que la joven tenia en el pelo, era igual que el trozo que tenia el atado a su muñeca.
Ambos se unieron en un fuerte abrazo y las chicas empezaron a silbar y a celebrar.


Unos meses después la casa de acogida no tenia nada que ver con lo que era antes, Clara había invertido parte de su fortuna en reformarla entera.
Había nuevas niñas en la casa, muchas de las antiguas niñas fueron adoptadas y Hugo y Clara se quedaron con Noa la niña que rescato a Clara de la tristeza y la soledad.

Fin.

 Espero que os haya gustado tanto leerlo como a mi escribirlo.







2 comentarios:

  1. ¡Hola, Belén!

    Me ha encantado la adaptación que has hecho.
    Mencionarte que debes de poner la edad a la que va dirigida y explicar el por qué. Un beso.

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